Los símbolos Reiki provienen de una tradición espiritual rica en imágenes
e iconos, la Escuela TENDAI de Budismo Tántrico japones.
Aunque el Reiki se haya constituido como un sistema aparte de las diversas religiones
o tradiciones espirituales, no es menos correcto recordar el transfondo cultural
en el que Mikao Usui desarrolló y expuso el Reiki.
Como practicante de Dharma y de Ki-Ko (la forma japonesa de Yoga/Chi-Kung),
su mente estaba familiarizada con el uso de símbolos para meditar y modificar
la consciencia.
Los nombres de los símbolos dados por Usui se pueden asumir como ideogramas
Kanji del idioma japones, y se les han atribuído diversos significados, de acuerdo
a la función especial de cada uno de ellos. Actualmente es difícil discernir
lo que nos ha llegado directamente de Usui, de lo que ha sido añadido por maestros
posteriores, aunque esto no sea un menoscabo del poder del sistema.
Igualmente, resulta coherente emplear los sonidos de cada símbolo como mantras
o palabras de poder que invocan sus campos de resonancia y significación.
Si atendemos a este principio de ordenación causal o mórfica, los nombres, igual
que las formas, vibran con la particularidad de cada uno de esos campos de información
que son los símbolos.
Será, por tanto, añadir potencia a nuestra llamada el pronunciar los nombres,
y a la vez trazar las formas de los símbolos empleados en nuestros tratamientos.
Cada uno se visualiza o traza de acuerdo a una grafía específica, que puede
admitir variantes naturales, por el pulso y el estilo de cada persona.
Cuando aplicamos los símbolos Reiki, estos pueden ser proyectados mentalmente
desde el tercer ojo (si ha sido potenciado durante la iniciación), o desde las
manos (trazándolos en el aire, o sobre la superficie a tratar, o imprimiéndolos
como un sello, físicamente o a distancia).
El practicante de segundo grado deberá abrir su intuición
para aplicar los símbolos adecuados en cada caso o tratamiento, y en la secuencia
más idonea. Los objetivos a los que se envian o aplican los símbolos son potencialmente
infinitos. Curar o sanar, proteger, atraer, magnetizar, incrementar, dominar,
apaciguar, unir, armonizar...