Existen distintos tipos de masaje, y tal vez el más placentero y conocido, sea el masaje relajante que nos ayuda a resolver distintos trastornos ya sean pasajeros o crónicos.
Durante el proceso del masaje, el paciente siente un gran alivio y confort en las zonas más afectadas, dando especial énfasis en cuello, espalda, zona lumbar, sin olvidar también piernas, muslos y gemelos, aplicando diferentes maniobras, técnicas y presiones específicas, identificando aquella musculatura más tensa y cansada, ayudándola a recuperar su función y movilidad normal.
Beneficios:
Mejora de la movilidad y elasticidad del músculo tensionado.
– Disminuye la fatiga física.
– Previene enfermedades musculares producto de la mala postura corporal.
– Libera endorfinas, contribuyendo a un estado placentero.
– Aumenta la circulación sanguínea, mejorando la oxigenación muscular
– Favorece el sistema nervioso.
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